El portaminas Graf von Faber-Castell es un homenaje a los inicios de Faber-Castell cuando en 1761 comensó su andadura creando lápices de grafito, aunque no fue hasta que el barón Lothar von Faber comenzó a utilizar madera hexagonal para recubrir la minas de grafito y a desarrollar diferentes grados de dureza del grafito, creando la primera marca de instrumentos de escritura de calidad y grabándola en la madera.
Graf von Faber-Castell, la colección de más alta gama de Faber-Castell, crea un portaminas que homenajea aquellos lápices utilizando la madera como base para su elaboración y eligiendo una madera de gran calidad, dureza y densidad: la madera de pernambuco, la misma que eligen muchos reputados luthiers para la fabricación de los arcos de los instrumentos de cuerda. La madera aporta a cada pieza su propia personalidad ya que presenta vetas que la diferencia de cualquier otra, haciéndola única, exclusiva e irrepetible.