Los antiguos romanos creían en diversas divinidades, a las cuales realizaban ofrendas de diversa índole con el fin de favorecer sus intereses, fuesen de la índole que fuesen. Una de estas divinidades, quizá la más caprichosa por sus incomprensibles designios, era la diosa Fortuna. Pero la suerte, la fortuna, no siempre es fruto de la casualidad, de la ruleta con la que se solía representar a la diosa, sino que también está íntimamente relacionada con la ocasión, a la cual representaban calva por su dificultad para ser atrapada, y también con el talento, el esfuerzo y la insistencia.
Montegrappa ha querido rendir homenaje a la diosa Fortuna y al concepto de la suerte, proponiendo instrumentos de escritura, útiles indispensables para la escritura a mano y que representan la educación, la enseñanza y el aprendizaje. Y es que la filosofía de empresa de Montegrappa comprende la firme convicción de que la suerte que se persigue, la buena, es más fácilmente alcanzable con educación, esfuerzo, talento y constancia.
Es bolígrafo, con mecanismo de giro, está realizado en impoluta resina blanca y adornado por detalles en oro de 18 kts. Su silueta se estrecha levemente a la altura del anillo central, el cual es generoso y contiene la inscripción de la marca. En la joya, parte que corona el capuchón, contiene la inscripción "1912", año en que surge la marca Montegrappa. El baño en oro se extiende también a la boquilla, zona de agarre del bolígrafo.
Esta pieza se presenta en un bello estuche, de referencia IKSDASIC con el patrón propio de la marca en el exterior.
