El imponente monte Fuji, el volcán sagrado de Japón, protagoniza la decoración de la pluma estilográfica Sailor 1911 Maki-e Fuji. Ténica pictórica maki-e sobre resina PMMA de color negro. Adornos en oro plaqué de 24 K. Plumín de oro macizo de 14 K. Sistema de carga por cartuchos o convertidor. Cierre de rosca. Longitud cerrada: 13,5 cm. Diámetro máximo: 1,75 cm. Peso: 16,5 gr.
El Monte Fuji o Fujisan, conocido erróneamente como Fujiyama en los países de habla castellana por una mala interpretación de sus “kanji”, es, con sus 3.776 metros de altura sobre el nivel de mar, la montaña más alta de la isla de Honshu y de todo Japón. Se trata de un espectacular cono volcánico en activo -aunque el riesgo de erupción se considera bajo y la última erupción tuvo lugar en 1707- revestido de un aura sagrada desde la antigüedad gracias a la orientación panteísta de la religión mayoritaria nipona, el sintoísmo, y de otras creencias como el budismo, que han llegado a levantar diferentes santuarios a los pies de la montaña y a realizar peregrinaciones y todo tipo de rituales de carácter litúrgico para honrar a este grandioso elemento natural.
Por la regularidad de su perfil, su emplazamiento aislado y la connotación mística antes mencionada, este imponente volcán, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2013, se ha convertido en todo un símbolo para el País del Sol Naciente y en un motivo tremendamente recurrente en sus expresiones artísticas. Así, numerosos mitos y leyendas, poemas, relatos literarios y representaciones pictóricas han tomado al monte Fuji, a lo largo de los siglos, como elemento protagonista de sus composiciones.
La técnica empleada para la realización de esta fastuosa decoración, diseñada por el reconocido maestro Kosen Oshita, es, como el propio nombre de la estilográfica indica, el denominado “maki-e”, una técnica pictórica japonesa con más de mil quinientos años de antigüedad traducible por “imagen salpicada”. Ésta consiste, a grandes rasgos, en la aplicación de polvo de diversos materiales preciosos como oro, plata o madreperla sobre sucesivas capas de la preciada laca urushi formando vistosos diseños que brillan con luz propia tras un minucioso trabajo final de pulido. Se trata de un laborioso proceso artesanal realizado totalmente a mano, que exige una ingente cantidad de tiempo para su confección y una mano de obra altamente cualificada, lo que dispara sus costes de producción y hace de cada pieza una obra única, de ahí que estemos ante piezas con una disponibilidad limitada.
La colección de estilográficas Sailor 1911 Maki-e recupera esta refinada técnica ornamental y reviste con sus delicadas formas y su exquisito acabado la superficie del célebre modelo 1911, la base sobre la que se construyen estos espléndidos instrumentos de escritura. Un “lienzo” fabricado en resina PMMA (polimetilmetacrilato) de color negro con su característica forma de torpedo y sus habituales adornos metálicos chapados en oro de 24 quilates. Esta obra, de líneas elegantes y deliciosa estética, se ve enriquecida con elementos como su estilizado prendedor, con remate curvo y un doble escalonamiento perfilando su contorno, los aros ubicados a ambos lados del cuerpo y, por supuesto, el anillo doble situado en la parte baja del capuchón, con un delgado aro en su zona superior y, bajo éste, una amplia banda grabada con la inscripción “Sailor Japan Founded 1911”.
Igualmente soberbio es su hermoso plumín de oro macizo de 14 quilates, un componente sobre el que se asienta buena parte de la fama de esta prestigiosa marca japonesa por su fabricación artesanal, realizada por expertos operarios en su factoría de la prefectura de Hiroshima, y su extraordinario desempeño. Cuenta con una preciosa decoración grabada compuesta por una delicada orla con espirales y motivos curvos entrelazados recorriendo su contorno que alberga en su interior la célebre ancla emblema de la compañía, su nombre y el año de su fundación y, por supuesto, las inevitables reseñas que nos hablan de la pureza del oro empleado en su confección. Finalmente, en uno de sus laterales se encuentra la referencia al punto del plumín, que en esta colección en concreto se encuentra disponible únicamente en grosor medio (M).
La alimentación del anterior se realiza mediante un sistema de carga por cartuchos o convertidor, el más frecuente en las estilográficas de fabricación japonesa y que ofrece ventajas como la rapidez y limpieza de la recarga, en la que basta con sustituir el cartucho agotado por uno nuevo, o la sencillez de su mantenimiento, que no conlleva la necesidad de su desmontaje o la reposición de piezas desgastadas por el uso o el simple paso del tiempo.
Por lo que respecta a su presentación, cabe decir que una obra de esta entidad merece un continente a la altura de su preciado contenido, axioma que se cumple escrupulosamente en todas las piezas de esta colección, presentadas en un magnífico estuche de regalo que hará las delicias de todos aquellos que se decidan a incorporar a su colección, o a ofrecer como obsequio, un selecto pedazo del arte y la cultura japonesa.
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