A medio camino entre las estilográficas, por la fluidez de su tinta y su suave deslizamiento sobre el papel, y de los bolígrafos, por su punta dotada de una esfera rotatoria y por la limpieza y rapidez de su recarga a través de recambios desechables, los rollerball son un útil de escritura ampliamente demandado por los aficionados a la escritura a mano. La firma suiza Caran d’Ache intenta dar satisfacción a este conjunto de usuarios con un generoso repertorio de rollers definidos por las cualidades que han contribuido a labrar su merecida fama en el sector. Éstas no son otras que su riqueza material, su elegante diseño, una cuidada manufactura realizada a mano por expertos operarios en la fábrica de Caran d'Ache en Thônex, en las afueras de la ciudad de Ginebra, una funcionalidad que cumple las más exigentes expectativas y, en definitiva, una calidad excepcional que convierte a estos soberbios instrumentos de escritura en codiciados objetos de deseo.