En una era dominada por la tecnología, la escritura a mano está siendo relegada por la escritura digital. Es por ello por lo que las estilográficas pueden parecer instrumentos arcaicos o poco útiles en el frenesí actual. Sin embargo, psicopedagogos, psicólogos educativos, neurólogos, logopedas y profesores coinciden en recomendar la utilización de plumas estilográficas desde ciclos formativos muy tempranos y de forma complementaria con los dispositivos digitales. La razón no es otra que las indudables ventajas que éstas ofrecen en el aprendizaje de nuestros hijos. Y no sólo para los niños. Está demostrado que la escritura con estilográfica ejercita la mente, disminuyendo la pérdida cognitiva por el paso de los años, y también puede servir como terapia de relajación, como distracción y diversión. Por tanto está indicada para todas las edades. En España, en la actualidad, el mayor porcentaje de usuarios los encontramos en la edad madura y en la tercera edad.
Algunos de los beneficios de la escritura a mano en general y con pluma estilográfica en particular, son:
ATENCIÓN. La escritura a mano obliga a quien la realiza a prestar mayor atención que la digital. No sólo es necesario estar atento al contenido de lo que se escribe, sino que obliga a la mente a tener un cuidado por la caligrafía, por la ortografía, por el espacio y, con mayor medida en las estilográficas, por la posición de la mano, por la fluidez de la tinta, la presión aplicada en la escritura, la diferencia de trazos, la absorción del papel, el hecho de que la tinta se acaba etc. Y también a la hora de la recarga es necesario prestar atención, ya sea mediante recarga por cartucho o por émbolo. Por tanto la mente no se limita exclusivamente al contenido y a recordar dónde están las teclas, sino que su actividad es indiscutiblemente mayor, ejercitándola, aprendiendo y evitando su degeneración dependiendo de la edad del usuario.
CONCEPCIÓN DEL ESPACIO. Existe un papel, con unos espacios determinados. El espacio es finito y hay que cambiar de renglón, obligando a adaptar el tamaño de la letra para que coincida en final de palabra o de sílaba (algo que hacen automáticamente los dispositivos digitales). Es preciso escribir recto, pudiendo apoyarse en guías del papel o mediante guías mentales. Las proporciones de la letra deben ser similares y coherentes con el papel, el texto a introducir y la finalidad del mismo (no es lo mismo escribir una carta de amor que una publicidad para un comercio). Utilizando estilográfica surgen retos añadidos, como tener en cuenta la dispersión de la tinta al escribir, el punto del plumín (si es ancho, fino o extrafino), la finalización de la carga (pues es posible que la tinta se acabe y la escritura pierda definición, por lo que es necesario recargar antes de que esto suceda para mantener una uniformidad). Todo esto lleva a que muchos médicos y neurólogos apoyen la escritura con estos instrumentos de escritura, incluso en terapias de recuperación y mantenimiento neurológico (como puede ser tras un ictus, debido al Alzheimer o por demencia senil, por nombrar sólo algunas frecuentes enfermedades cognitivas)
EJERCICIO MANUAL. Tanto en el desarrollo de la psicomotricidad fina de los niños, como a la hora de evitar su deterioro en la tercera edad, la escritura a mano supone un ejercicio fundamental, acentuado si la escritura se realiza con pluma estilográfica. Los casi inapreciables movimientos que implica son de gran importancia para el desarrollo del cerebro, la presión suficiente para la escritura y no exagerada para evitar rasgar el papel o una apertura del plumín excesiva, mejoran las propiedades de este tipo de escritura. También el ejercicio del cambio de cartucho supone un beneficio. Girar la rueda del émbolo para absorber la tinta del tintero mientras se sumerge sólo la punta del plumín en él y se aguanta de la estructura de plumín-alimentador-émbolo, es un ejercicio manual que requiere cierta destreza (puede observarse fácilmente mirando a un niño o a un anciano hacerlo).
ORTOGRAFÍA. La escritura a mano incrementa notablemente el conocimiento de la ortografía. La mayoría de dispositivos digitales cuentan con auto-correctores ortográficos, mientras que la escritura a mano obliga a recordar la estructura de las palabras, implica el conocimiento de ciertas reglas (las esdrújulas se acentúan siempre, “m” antes de “b” y “p”, etc.) y también de ciertas excepciones (los verbos que terminan en “bir” se escriben con “b” excepto hervir, servir y vivir, etc.).
PLANIFICACIÓN. Uno de los retos a la hora de situarse ante un papel en blanco es cómo escribir lo que queremos decir. Esto es, planificar la escritura. Son muchos los beneficios de esta planificación. Por un lado estructura la mente, al requerir una organización de las ideas, una planificación de qué escribir, en qué orden, qué palabra decir en qué momento. Y esto hay que hacerlo mentalmente, primero, y con apoyos como esquemas o bocetos, después. Este ejercicio mental mejora la imaginación, otro de los beneficios de la escritura. No sólo de la imaginación de lo que se va a contar, el contenido (que es común a todo tipo de escritura), sino también desde el punto de vista de cómo lo vamos a plasmar sobre el papel, ya que, de no imaginar previamente cómo lo vamos a hacer, un error puede ser perjudicial para parte o la totalidad del texto, como puede verse en el siguiente punto.
EVITAR Y ASUMIR ERRORES. Todos sabemos que, escribiendo con un dispositivo digital, podemos borrar, rehacer, volver a borrar un sinfín de veces sin que el resultado final se vea perjudicado. Esto no es así en la escritura manual. Quien se equivoca lo paga. Esto tiene una triple, si no más, vertiente benéfica. Por un lado obliga a una mayor planificación, de la que ya hemos hablado. Por otro lado enseña a asumir errores. A la mayoría nos ha pasado, que al final de un folio escrito de forma impecable cometemos un error. Muchas veces por el mero hecho de no rehacer todo el texto (nadie garantiza además no volver a cometer otro error) asumimos el error, lo retocamos, lo tachamos o lo dejamos pasar como si no fuésemos conscientes de él. No digamos si estamos escribiendo una novela y se nos ocurre introducir una modificación en la trama porque pensamos que es importante. Los cambios pueden ser demasiado extensos y podemos tomar la decisión de no llevarlos a cabo. Pues bien, éste es un ejercicio de aprendizaje a asumir los errores y saber convivir con los fallos. Pero también, en su tercera vertiente, es un ejercicio de priorización, cierto es que podemos convivir con este error, pero si el texto es de vital importancia para nosotros, seguro que lo reharemos el número de veces necesario hasta que estemos totalmente satisfechos con él. Esto es aprendizaje en la priorización, muy importante en la gestión bajo presión y en otros muchos aspectos de la vida.
MEMORIA Y APRENDIZAJE. Todos los estudios realizados sobre la escritura manual coinciden en que ésta ayuda a asentar más fácilmente los conocimientos. Tomar apuntes es, pues, una de las mejores prácticas a la hora del estudio, tanto en clase, tomándolos directamente de las enseñanzas del profesor, como en casa, realizando resúmenes y esquemas. La memoria a largo plazo, y más específicamente la memoria implícita, aquella que se almacena de manera inconsciente, se ve especialmente recompensada por la escritura a mano. También la llamada memoria visual se ve aumentada en la escritura manual y por tanto es de gran ayuda en el aprendizaje y en el ejercicio de recordar y reproducir lo aprendido.
CAPACIDAD LECTORA. Quien mucho escribe de forma manual, mejor lee, más rápido lee y mayor es su comprensión lectora, además de desarrollar habilidades para entender otras caligrafías. Y es que al escribir a mano se entiende el porqué de las letras. Especialmente al utilizar una pluma estilográfica, que obliga en cierto modo a unir las letras de una palabra entre sí, se comprende la caligrafía de otras personas, el porqué de que una “s” se venga arrastrada desde la “E” anterior (como sucede en el logo de Estilograficas.com)
ESFUERZO. La escritura manual requiere un mayor esfuerzo tanto físico como cognitivo. Muchos de estos esfuerzos extra ya los hemos comentado, pero nos gustaría incidir en el esfuerzo que conlleva la consecución de una caligrafía legible, el cual es necesario principalmente en la escuela, ya que es donde, en mayor medida, lo escrito es presentado a un profesor para ser revisado y corregido. Es posible que quien escriba a mano lo haga para su propia lectura (como los famosos “apuntes de médico”), en cuyo caso sólo es necesario que lo entienda el que los escribe, pero en la escuela es necesario esforzarse más para que otros lo entiendan. Este esfuerzo impulsa beneficios ya comentados como la percepción del espacio, el incremento de la atención y la capacidad lectora, entre otros.
PERSONALIDAD Y AUTOESTIMA. La caligrafía es como una huella dactilar; cada persona tiene una. La personalidad de cada individuo incide en su caligrafía, llegando incluso a existir grafólogos que estudian la escritura de las personas. Y también la caligrafía influye en la personalidad. Tener una letra cuidada, legible, especialmente en la infancia, colabora en el desarrollo de la autoestima. Las plumas estilográficas suponen una ayuda inestimable en la mejora de la caligrafía, porque ayudan a una mejor ergonomía e influyen positivamente en el agarre del instrumento de escritura. Un ejemplo de apoyo a la personalización de la escritura es el de crear colores únicos mediante la mezcla de tintas, creando un color propio y único.
RESPONSABILIDAD. Derivado directamente del hecho de que cada persona tiene su propia caligrafía, se desprende la responsabilidad de lo escrito. La escritura digital es anónima. Cualquiera puede realizar un escrito y no ser reconocido. Pero la escritura manual conlleva la responsabilidad sobre lo que se escribe, y esto colabora de forma directa en el desarrollo del individuo como persona y en la percepción de las consecuencias que pueden acarrear los hechos.
JUEGO, DIVESIÓN. Las infinitas posibilidades que abre la utilización de pluma, colabora a que la escritura no sea vista como un castigo o una imposición. La diversión que puede emanar del uso de una estilográfica: cargar la pluma, crear diferentes colores, tipografías, crear diferentes trazos y diferentes caligrafías (imitación de otras caligrafías, creación de diferentes firmas, etc.), usar diferentes grosores y materiales de plumín, etc., contribuye al amor por la escritura en específico y por la cultura en general, despojándola de una posible apreciación aburrida, impositiva y estricta. Haciendo especial énfasis en la creatividad que desarrolla.
RESPETO. Quien ama una actividad, quien conoce sus posibilidades y recovecos, los esfuerzos que tiene detrás, los sacrificios y las satisfacciones, sabe respetar a las personas que la llevan a cabo. La escritura desemboca en el respeto por los libros y sus autores, por los contenidos y las formas. La escritura es, pues, una de las muchas vías para llegar a respetar la cultura.
INNOVACIÓN Y MOTIVACIÓN. Por último, la incorporación de útiles tan especiales a la labor habitual de los niños, supone una novedad y una motivación extra, un estímulo y un lazo de unión con familiares de otras generaciones en las que el uso de estilográficas estaba más extendido que en la actualidad a pesar de que, a diferencia de lo que ocurre hoy en día, por aquel entonces no se contaba con ejemplares fabricados específicamente para su uso por escolares, con formas ergonómicas y materiales resistentes escogidos pensando en sus necesidades concretas, con sistemas de carga limpios y muy fáciles de usar y, por último, con precios absolutamente asequibles para todos los bolsillos.
CONCLUSIÓN. Estudios neurológicos han llegado a la conclusión de que la escritura activa en mayor medida el cerebro que el tecleado en dispositivos digitales, integrando las áreas visuales y motoras del cerebro y estimulando áreas relacionadas con la ortografía, el sonido y significado de las palabras, la producción y comprensión del lenguaje y de la lectura e incrementando, en definitiva, las habilidades del niño/adolescente, en específico, y de toas las personas en general, ayudando a no perderlas en edades avanzadas.
Por otra parte, frente a la escritura con otros instrumentos, la utilización de plumas estilográficas por parte del alumnado ofrece otras ventajas e inculca ciertos valores a nuestro juicio sumamente positivos para su formación como estudiantes y como personas.